Sueño con elefantes deformes de cabeza,
con lluvia de café hirviendo,
esperanzas rotas que se desvanecen en el suelo gris
y tú sentado con las manos frías,
dispuesto a calentarlas sobre mi cuerpo.
El tiempo es maldito y todo transcurre normal,
no hay gatos ariscos,
no hay arañas que vuelen y se enreden en mi cabello,
no hay amor de aves guindas,
el canto de las sirenas me matan pero no las escucho.
Sólo escucho tu voz atrapada entre cristales
y se debilita mi mundo por no poderte siquiera tocar el pulgar
y seguir avanzando por tus manos hasta que se entrelace con la mía.
Esto no es amor, lo he dicho mil veces,
sólo te sueño cómo sueño tantas cosas.
-Reyna Martínez.
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